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Cosas que ocurren... |
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COSAS QUE OCURREN... Fenómenos tecnológicos. O no. Si afuera es adentro, entonces debo estar en crisis. O en vorágine. O en un despropósito, Así voy perdiéndome... Y sí. Ha ocurrido: Ellos, todos los aparatos que acumulé y sostuve y transporté para estar en el mundo aunque me hubiera ido, decidieron lanzarme al abismo. Allí quedé. En silencio. Incomunicada. Nada funciona ya. Voy a la deriva. Ninguna de las vías de comunicación que había planeado está en uso: perdí la claves de acceso a todas partes; confundí los códigos secretos mezclando números de forma insensata; bloqueé el portátil pequeño por uso de copia ilegal; skype no me permite la imagen en el móvil (parece indicar que mejor no mostrar este rostro de ahora); en el pc universitario sí, aunque muestra una imagen borrosa, me deja ser vista, pero me impide la voz... no me escuchan; he deshecho la configuración de una de las cuentas de correo y la empresa eléctrica ya no reconoce mi identidad y no puedo consultar las facturas. Había desconectado el roaming, y ahora no puedo utilizar la banca electrónica, tampoco cambiar el número al que enviar los códigos de seguridad. Todas las tarjetas bancarias se han desmagnetizado. Una ha caducado. Imposible pagar. He destrozado una de las tarjetas prepago del móvil, no me pregunten cómo, se inundó mi bolso de agua... La carta andante del metro no puede ser leída, también la banda está borrada. Y van dos. Los cables telefónicos de mi habitación no funcionan, o a veces sí y a veces no. Y al final, en ninguna parte hay una red abierta para mi. Dicen que es cosa de los Android, que fallan. El mío seguro, se apaga unas cuantas veces al día sin previo aviso... Así pues, no cabe más que abandonarse. Perderse. Y leer el mensaje.
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Rosa Marí Ytarte |