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El único paso |
El terror es que no haya una meta, ningún lugar donde llegar, ningún objetivo, sólo ahora, sin futuro ni pasado, sólo este vacío, en este momento en donde no hay "yo". …en ese lugar no hay nada, ni nadie, ni nada que hacer. Soy el misterio - momento a momento, aquí y ahora. No hay nada que buscar, no hay nadie que tenga la necesidad de buscar. Llegué al hogar y soy el hogar. Se terminó la esquizofrenia, la dualidad de la mente, Soy Eso, Eso Es y no hay separación; en el momento en que me separo salgo de la puerta de la casa de Dios (Ser) y entro nuevamente en la desdicha de la mente en donde creo ser alguien separado. El "correcto recuerdo" es volver al hogar y salir de la única identificación con el yo separado. Este es un proceso muy sutil, y al principio cualquier distracción nos saca de Eso, pues tenemos años de práctica en vivir en la desdicha del yo separado y creer que somos eso. En mi experiencia personal fueron 20 años de trabajo espiritual, hasta que llegue a un momento crítico de anhelo, desesperación, tensión, de pensar que me iba a volver loco o no iba a poder, pero acompañado con la conciencia y el coraje que me sostenían. Y en el iceberg de la desesperación y tensión, al enfrentar lo que me estaba pasando, algo cedió y quebró el terror y el miedo dándome la posibilidad de cruzar la puerta y "entrar en la casa de Dios" (Ser, Misterio, Eso). Todo suceso deja de tener continuidad, no hay nada más que esto que está sucediendo en este momento y no hay nadie separado. Uno es eso mismo que Es. Es la superación del último gran miedo, semejante al que experimentamos ante cualquier situación de la vida en la que no nos atrevíamos a afrontar una acción y la amplificamos emocionalmente hasta casi paralizarnos. Pero, tal como en la vida, una vez que traspasamos la situación temida nos dimos cuenta que no era tan tremenda como creíamos y que nos habíamos creado una historia, una película exagerada. Asimismo, el ultimo gran miedo es la amplificación de la situación primigenia en donde se creó la personalidad condicionada, el yo separado. Una vez que podemos traspasar el ultimo gran miedo nos damos cuenta que este yo separado es un engaño, no es real. En nuestra desesperación y miedo nos hemos creado un personaje ficticio que corre constantemente atemorizado y que toma el mando de nuestra totalidad y dirige nuestras vidas, un personaje ficticio en la búsqueda de cosas ficticias; paradójicamente, desde este personaje y a partir de esta búsqueda también llegamos al suceso de "darnos cuenta" de su irrealidad. Pero atención: el yo separado, la mente condicionada siempre está al acecho para transformar esta experiencia en una nueva historia y una nueva identidad de "ser liberado". En cuanto nos distraemos, disecamos, conceptualizamos y nos apegamos a la experiencia, y nos volvemos a engañar, y creyendo que somos libres estamos nuevamente en la cárcel de la separación y la desdicha.
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Por Leonardo D. Alvarez |
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